Mateo y su guitarra

Ninguna mamá 2.0 que se precie puede prescindir de ese buen amigo que la tiene «on line» y no deja que se olvide de lo que hay más allá de los dibujos animados, las canciones infantiles, los juguetes, los mocos y todo lo que implica el mundo de un crío de 3 años.

En mi caso, tengo a mi gran amigo Mateo y su guitarra.

Mateo es el «tito» que todos hubiéramos querido tener de pequeños. Aquel que nos lleva al cine y nos compra palomitas. Aquel que nos trae un huevo Kinder cuando nos visita, vamos lo que se dice un tío guay!

Mateo  ha tenido la oportunidad de viajar por el mundo, de salir de marcha por la noche, de tener la libertad de hacer lo que ha querido cuando ha querido, de comprarse sus caprichitos porque sí, porque un día es un día y porque él lo vale!

Así que como ya comenté anteriormente, él ha sido el culpable de que me actualizara y se me ocurriera la idea del blog entre otras muchas y que pasara de mamá 1.0 a mamá 2.0 en menos que canta un gallo.

Ninguno habíamos probado la experiencia de tener un blog, asi que en esta nueva etapa que tenemos por recorrer y descubrir, ¿por qué no hacerlo juntos?

De este modo podréis ver otro punto de vista, otras experiencias complementarias a la mía y en definitiva podremos ver su intensa «vida interior» (aunque la exterior no tiene ningún desperdicio, lo puedo asegurar).

Es mi antagonista. Yo,  casada y mamá; él,  soltero y sin hijos.  Femenino vs. Masculino.  Blanco y Negro. Ying-Yang.  Día y Noche.

Sea como sea, lo uno no puede ser sin lo otro. Así que estoy que muero de curiosidad por saber qué va a ser lo primero que nos cuenta…!

Habrá que esperar a Mateo y como no, su guitarra.